Ismael Serrano apoyó a los médicos y trabajadores del hospital Severo Ochoa haciendo lo que mejor sabe: cantar letras de dulce fiereza, rascando conciencias y acariciando palabras.
«Ya no mueren en Bosnia, ahora mueren Bagdad»
Se la quiero dedicar especialmente al nuevo presidente de Francia, a nuestro amigo Sarko, por querer enterrar el mayo del 68.
¿Qué habría sido de mi de no ser hija de soñadores?