Gervasio Sánchez, reportero de referencia en la actualidad, reinvindicó abiertamente la figura de Enrique Meneses. Sin tapujos, sin complejos, con el reconocimiento sincero y la generosidad que sólo saben dar los grandes de corazón. Cuando conocí a Enrique me pasó algo parecido, no entendía cómo enla facultad nunca nos hablaron no ya de su trabajo, sino de su existencia.
Gervasio, cuando montes el club de fans, avisa. Me apunto, aunque sea de mascota.
Recuperar el concepto de jerarquía intelectual, del valor del aporte, reconociendo que no es cosa de rankings ni de «popularidad» sino de innovación y el valor posterior de esa innovación para cada red, para cada identidad, es algo fundamental hoy en España.
Meneses ha sido una víctima más, especialmente clamorosa, eso sí, de esa pérdida de referentes que comenta Gervasio Sánchez.
Tu legado Rosa, será, es ya, devolver a este país y su entorno cultural ese aprecio por la capacidad de aprender de otros.
Los jóvenes me estan demostrando un respeto casi reverencial. Me estoy dejando llevar por el halago y eso no es bueno. Yo soy el que siento un profundo respeto por esta generación de periodistas que viven en un mundo extraño que, como aventurero, me atrae con fuerza misteriosa. Rosa Jimenez Cano, David Ugarte y sus amigos me han cogido de la mano para adentrarme en esa selva. Y poco a poco, veo más claro lo que me parecía terrible espesura de jungla. Gracias a todos.