Anoche certifiqué mi adiós a la aventura de El Cossío y me dio una pena tremenda. Mis amigos siguen y los echaré de menos. Digo amigos con todas las de la ley por el esfuerzo en paciencia y comprensión que han hecho. Más aún en los últimos tiempo en que no he sido «la mejor Rosa». Quería, pero ya no podía.
Gracias a todos, no siempre tu trabajo es lo más parecido a un cuento de hadas:
Cuatro nobles caballeros
y dos primorosas damas
hacen de los toros libros
con una huella en el alma.