Siempre me pregunté por qué los milagros no son a las doce del mediodía en Gran Vía. Siempre tienen que ser con pastorcitos iletrados en parajes tan idílicos como remotos. Las milagreras de hoy en día: Santa Clara para una tele de calidad y Santa Ana para dar con los objetos perdidos. (A ver si hace algo por el iPhone…)