Si como a mi, os gusta la Bersuit, sabreis la historia de Favaloro y su tiro al corazón. Buenos Aires está plagado de este tipo de huchas para que se deje cambio para su Fundación. Pero se suicidó. Eso no tiene arreglo, lo que sí lo tiene es captar el mensaje y entender que la investigación científica no se debe dejar en manos de las limosnas. Cristina, ahora que está recién llegada, toma nota.