Lo de Tarazona fue muy muy divertido, incluido el viaje de ida y vuelta con inmejorable compañía y con Emilio de anfitrión.
Me encantó encontrarme con José Luis y Carlos, de Casasimarro. ¡Gracias! Mandaron recuerdos para Vicente y Carmen «Navalón».
Me regalaron, ¿qué si no en Albacete?, una navaja. Quise, como me indicaron los expertos, devolver una moneda para no romper la amistad, pero Isidoro no salió con una de las suyas: «Que no, que no, que yo no quiero nada, que eso son cosas de Bono».