Me encanta la homilia de Gabilondo de anoche. Dice lo que muchos pensamos. (Negritas son marca de la casa).
«Las noticias se cansan pero las denuncias no pueden cansarse; porque prosigue el asalto a Gaza lo denunciamos. Denunciamos el aplastamiento, el abuso, el atropello. Y hoy denunciamos algo más: Como de costumbre, no ha tardado en aparecer ese gas paralizante, tinta de calamar que oculta y mancha: la acusación de antisemitismo. Ya saben, criticar al Gobierno de Israel es deslizarse por el antisemitismo. Falso. Falso de toda falsedad. Los que quisimos a Violeta Friedman, los que la apoyamos frente al nazi belga Leon Degrelle, los que nos desgañitamos contra los negacionistas, no vamos a aceptar así como así insinuaciones de antisemitismo. Ese escondite no vale. La Federación de Comunidades Judías de España nos recuerda en una carta muy amable que toda crítica al gobierno de Tel Aviv debe evitar la utilización de tópicos como -textual- aludir a «narices ganchudas, imponentes orejas, expresiones torvas, así como los tópicos espirituales, la avaricia judía, o los símbolos religiosos, como la estrella de David o los tirabuzones de los religiosos». Fin de la cita textual. Acusamos recibo y agradecemos el consejo. Aunque, desde luego, no nos hacía falta. Hace tiempo que dejamos el parvulario. Así pues, recapitulemos. Ni antisemitismo ni nada parecido. Reserven esos argumentos para mejor ocasión. Lo que se denuncia es una actuación político militar intolerable, un comportamiento que atenta contra todos los principios arduamente conquistados por la comunidad internacional. Nosotros no somos Hamas. Sí reconocemos el Estado de Israel y su derecho a existir, pero, además de creer que la política del Gobierno israelí juega contra los intereses de su pueblo, la consideramos perversa. Entrar a sangre y fuego en ese campo de concentración que es Gaza no se puede justificar. Como ha dicho Antonio Gutiérrez, alto comisionado de Acnur, es el único conflicto del mundo en el que la gente no puede ni siquiera huir. El pueblo de Israel merece ser respetado. Para empezar, por sus gobernantes y por los que dicen defenderlo. Ojalá cuaje el alto el fuego que a estas horas se apunta.»
Chapeau!
Otra visión… también interesante:
España e Israel: del ‘homo sapiens’ al ‘homo videns’
Enric Juliana
http://www.lavanguardia.es/lv24h/20090110/53614692707.html
Gabilondo es grande, muy grande…
Por muy bien que le haya quedado esta introducción al telediariio a Iñaqui, este hombre no tiene ninguna credibilidad. Ni si quiera en esto.
No me cae bien este tipo, el tipo de la tensión, de la crispación, de los suicidas del 11M. El embustero mayor del reino.
No amiga Rosa, este tipo no merece ni dos lineas hablando sobre él.
Respeto tu opinión pero no pienso igual. Admiro a Gabilondo y preferiría que no le insultaras en mi blog.
La propaganda israelí vence a a la información
http://periodistasenguerra.blogspot.com/2009/01/la-propaganda-israel-vence-a-la.html
http://www.crisiseconomica2010.com/Inicio/tabid/36/articleType/ArticleView/articleId/52/Bien-por-Gabilondo.aspx
Lo siento Rosa, no pensé que eso fuera un insulto. Eso si, pido perdón si ofendí.
No creo que se pase por aquí Gabilondo, pero sí, embustero es un insulto. No pasa nada; olvidado.
Gabilondo es un periodista de los pies a la cabeza,integro y sincero,VIVAN LOS VALIENTES QUE DICEN LO QUE PIESNSAN,aunque a veces eso les acarre problemas,creo recordar hace unos años lo castigaron…..
Pasar de víctima a verdugo no hace ni peor a la víctima ni mejor al verdugo. En cada momento, hay que denunciar sin tapujos ni vergüenzas lo que sí es vergonzoso; y sin duda, lo es la acción del Estado de Israel.
En cuanto a Gabilondo… siempre le han querido comparar con «otro», igualando su mal hacer periodístico. Pero, claro, es complicado y, al final, la cosa no pasa de la intención.