(Del lat. decept?o, -?nis).
1. f. Pesar causado por un desengaño.
¿Qué pasaría si un buen día descubrieras una parte de tu vida que tenías idealizada no era más que un teatro?
Es más fácil y cómodo destruir que construir, pero menos divertido, relevante y humano.
Mejor no idealices a nada ni a nadie, Rosa. La desilusión solo llega si te has ilusionado; y las ilusiones, para los magos.