Paula Gonzalo, Oscar Espiritusanto y Chiqui de La Fuente, enfundados en las camisetas especiales, quieren que Juanjo Ibáñez presente EBE09.
Chiqui de la Fuente
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Un Chiqui Latte
Un café, por favor, muy corto muy corto de café, en vaso grande y con leche hasta arriba.
Y aunque lo parezca, no es un manchado. Muchos lo confunden y ven las proporciones al revés.
Es un auténtico y genuino «Chiqui Latte«. A Oscar no hace falta ni pedírselo. Si ve que no comprenden el concepto o la cosa se hace complicada se toma el sucedáneo oficial: un descafeinado de máquina.
Volvemos a la Campus Party
Una Campus, un blog, dos autores y mucho mucho por descubrir. El lunes a las 10:40 salgo de Chamartín camino a la Campus Party de Valencia. Vuelvo el martes, Chiqui tomará el testigo el miércoles. Muchos amigos por allí. Esto promete.
Torico de Oro para Chiqui de la Fuente
El viernes por la tarde echamos un gran rato en la Escuela de Periodismo de EL PAÍS. Vinieron los enredados para hacer su programa. Intervinieron además, Enrique Meneses, Ramón Lobo y Mábel Galaz.
Aproveché para charlar un poco con Moeh y conocer a algunos alumnos que después se vinieron a las cañas, como María y Thom.
Fue un gran rato pero hubo un momento especial.
A mi me da que se lo olía, o por lo menos que algo le extrañaba: «Pero, ¿cómo ha entrado César?«, me repetía. «No sé, a mi me ha dado un toque y he bajado porque dice que no sabía llegar a la escuela. Igual le han invitado los enredados o qué sé yo» le contestaba con cara de no tener nada que ver. Ramón, cómplice de la jugada, se sonreía.
Enredados, innovadores en la red con la profesionalidad como tarjeta de visita y la calidad como constante, decidieron reconocer su labor con el «torico de oro». Fue un momentazo. Sólo nos faltó Isabel Gemio.
Chiqui de la Fuente recibe el torico de Oro de Enredados from Rosa Jiménez Cano on Vimeo.
Aunque su modestia no le permite reconocer este tipo de cosas siempre estamos los que le admiramos para decirlo. No sólo es merecido este valioso «torico», sino que casi se queda corto. Chiqui está demostrando día a día con su trabajo que la transición hacia una verdadera redacción del siglo XXI -no me vale de papel o de web o para móviles, sino de estos tiempos- es una realidad. Pensar sólo en formatos concretos, en cuartas pantallas, en continentes estancos es cerrarse puertas a un futuro que nos quiere arrastrar a toda velocidad. No es fácil llevar las riendas de esta cuádriga a toda velocidad, aunque su mérito sea hacer que lo parezca.