Un café, por favor, muy corto muy corto de café, en vaso grande y con leche hasta arriba.
Y aunque lo parezca, no es un manchado. Muchos lo confunden y ven las proporciones al revés.
Es un auténtico y genuino «Chiqui Latte«. A Oscar no hace falta ni pedírselo. Si ve que no comprenden el concepto o la cosa se hace complicada se toma el sucedáneo oficial: un descafeinado de máquina.