Estaba infestado de campuseros, con nuestras mochilas y ordenadores en recepción, esperando que llegase la van. El horario, como imagináis, era orientativo.
De ahí salen los vuelos al resto del país. La ciudad fue creciendo y las pistas dejaron de estar a las afueras de la ciudad. De hecho, en 2007, un avión se estrelló al aterrizar allí. Pasan muy cerquita de las casas. Algún día harán un monumento para las víctimas. Por ahora, se conforman con unos tablones de madera junto a la carretera en el que algunos ponen estrellitas y nombres de seres queridos. Por suerte el ruido de los aviones no se nota. Sigue leyendo