Mi apodo, Petezin, podría rimar con Anakin. No es lo mismo, pero sigo esquivando el miedo, que lleva a la ira y al final nos pone del lado del mal.
Star Wars me mola. Por fin, puedo jugar a ser un Jedi, con sus gestos, en el salón de casa. Un motivo más para frikear durante la Semana Santa, lejos de procesiones y capirotes.